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sábado, 22 de enero de 2011

                 CASOS CLINICOS
Tomados del Tratado de las Epidemias de Hipócrates

ENFERMO PRIMERO


Filisco, que vivía junto a la muralla, se puso en
cama. El primer día tuvo calentura aguda, sudó en
ella, y la noche fue trabajosa. El día segundo
crecieron estos males; pero por la tarde, después de
una lavativa que recibió, lo pasó bien, y la noche
fue quieta. El día tercero por la mañana, y hasta el
mediodía, parecía estar sin calentura; pero después
del mediodía tuvo calentura aguda con sudor y sed,
la lengua se puso seca, echó la orina negra, la noche
fue molesta, no durmió, deliró mucho. El día cuarto
todos estos males se aumentaron, echó las orinas
negras, la noche fue más apacible, y en ella las
orinas salieron de mejor color. 

El día quinto, cercadel mediodía, echó por las narices unas gotitas de
sangre pura: en ese día fueron las orinas varias, y en
ellas había como una nubecilla poco unida, que no
estaba en el fondo, sino en la parte superior, y era
semejante al esperma. Habiéndosele echado una
cala, arrojó poco excremento con flato; la noche fue
trabajosa, los sueños cortos: hablaba, deliraba, y las
extremidades por todas partes las tenia frías, que
nunca podían volver en calor; hizo la orina negra,
durmió un poquito, y al hacerse de día perdió el
habla, cubrióse de sudor frío, los extremos del
cuerpo se pusieron amoratados. El día sexto, cerca
del mediodía, murió. Este enfermo desde el
principio tuvo dificultad de respirar, de modo que
su respiración era rara, y grande, y como de quien
solloza; el bazo le tenía levantado, formando una
elevación redonda, y los sudores fueron fríos hasta
el fin. Los crecimientos los tuvo en los días pares.


Hipócrates de Cos


(Llamado el Grande; Isla de Cos, actual Grecia, 460 a.C.-Larisa, id., 370 a.C.) Médico griego. Según la tradición, Hipócrates descendía de una estirpe de magos de la isla de Cos y estaba directamente emparentado con Esculapio, el dios griego de la medicina. Contemporáneo de Sócrates y Platón, éste lo cita en diversas ocasiones en sus obras. Al parecer, durante su juventud Hipócrates visitó Egipto, donde se familiarizó con los trabajos médicos que la tradición atribuye a Imhotep.
Aunque sin base cierta, se considera a Hipócrates autor de una especie de enciclopedia médica de la Antigüedad constituida por varias decenas de libros (entre 60 y 70). En sus textos, que en general se aceptan como pertenecientes a su escuela, se defiende la concepción de la enfermedad como la consecuencia de un desequilibrio entre los llamados humores líquidos del cuerpo, es decir, la sangre, la flema y la bilis amarilla o cólera y la bilis negra o melancolía, teoría que desarrollaría más tarde Galeno y que dominaría la medicina hasta la Ilustración.

Hipócrates
Para luchar contra estas afecciones, el corpus hipocrático recurre al cauterio o bisturí, propone el empleo de plantas medicinales y recomienda aire puro y una alimentación sana y equilibrada. Entre las aportaciones de la medicina hipocrática destacan la consideración del cuerpo como un todo, el énfasis puesto en la realización de observaciones minuciosas de los síntomas y la toma en consideración del historial clínico de los enfermos.
En el campo de la ética de la profesión médica se le atribuye el célebre juramento que lleva su nombre, que se convertirá más adelante en una declaración deontológica tradicional en la práctica médica, que obliga a quien lo pronuncia, entre otras cosas, a «entrar en las casas con el único fin de cuidar y curar a los enfermos», «evitar toda sospecha de haber abusado de la confianza de los pacientes, en especial de las mujeres» y «mantener el secreto de lo que crea que debe mantenerse reservado».
Aunque inicialmente atribuida en su totalidad a Hipócrates, la llamada colección hipocrática es en realidad un conjunto de escritos de temática médica que exponen tendencias diversas, que en ciertos casos pueden incluso oponerse entre sí. Estos escritos datan, por regla general, del período comprendido entre los años 450 y 350 a.C., y constituyen la principal fuente a través de la cual es posible hoy hacerse una idea de las prácticas y concepciones médicas anteriores a la época alejandrina.
En esta colección, la llamada «Antigua medicina» es uno de los tratados más antiguos y más célebres y en él sugiere el autor, entre otras propuestas, investigar el origen del arte que practica, origen que halla en el deseo de ofrecer al ser humano un régimen de vida y, en especial, una forma de alimentación que se adapte de una manera completamente racional a la satisfacción de sus necesidades más inmediatas. Por este motivo, considera por ejemplo el aprendizaje de la correcta cocción de los alimentos como una primera manifestación de la búsqueda de una existencia mejor.
Por otro lado, los textos de la colección hipocrática demuestran sin lugar a dudas que la práctica de la observación precisa no era en el conjunto de la medicina griega una conquista de la época clásica, sino que más bien constituía una tradición sólidamente afianzada en el pasado y que a mediados del siglo V había alcanzado ya un notable nivel de desarrollo.

2 comentarios:

  1. Estimado colega y asclepiada Asclepium:
    Entré en tu templo para dar las gracias por la deferencia que has tenido al unirte a los amigos de "Tiempo para la Memoria", y he pasado un buen rato, demasiado corto para mi gusto, disfrutando este blog.
    Por razones que desconozco, no he tenido opción, como hubiera querido, a apuntarme yo también a tus seguidores. Volveré a intentarlo.
    En todo caso, pasaré por aquí siempre que sea posible.
    Te dejo, también, un enlace a mi otro blog.

    http://medicinaybellasartes.blogspot.com/

    Un cordial y asclepiada saludo.

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  2. Estimado Francisco,

    Gran blog teneis según he visto, e intuyo que el enlace que me dejais será al menos igual de bueno. Gracias por pasar por aquí y valorar positivamente el blog que empecé en los ultimos momentos de 2010. Intentaré seguir escribiendo sobre estos temas y otros que jutos nos dan esta realidad. Un saludo

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