Qué difícil ha sido para mí elegir... Estuve hasta la misma noche antes debatiéndome entre dos especialidades que me gustan mucho... pero finalmente digo con orgullo que he elegido ser Médico de Familia. Ya tengo mi plaza en Madrid y espero estar a la altura de las expectativas de la gente que en mí confíe.
El día de la elección empezó como cualquier libro de aventuras... con el protagonista corriendo por la calle para llegar a tiempo a enfrenarse a su destino, en mi caso después de una noche en la que dormí poco pero bien... Pensaba ¡dios mío si son las 8 y 20 y empieza la elección en 25 minutos! ¡Arghhh!... Pero llegué a tiempo para escuchar mi nombre alto y claro en el Ministerio por un altavoz que me recordó una película de la segunda guerra mundial...
Bien, entremos con paso firme, es mi momento, voy a tener mi plaza... Siendo previsor hice una lista con todas las plazas que podrían hacerme feliz, y decidí que en esa mañana, pasara lo que pasara no cambiaría de opinión con respecto a esa lista... La frente alta y entremos... Muchos años y esfuerzo me ha costado llegar hasta aquí, la emoción me erizó el vello...
Ya tenía mi credencial que habría de presentar en la mesa al coger mi plaza, y una pegatina pegada al revés en mi camisa que me identificaba como tembloroso pero valiente opositor... Ahora al salón de actos, silencio sepulcral, no hay nadie en las mesas... a sentarse y esperar que se fuera llenando por orden... Un hombre un poco antipático colocando a la gente... da igual, es mi momento... Mi amiga Caty sentada unas filas por delante me lanzaba miradas de inquietud... peor ya estábamos ahí...
De repente una amable señora que dirigió todo el acto comenzó a hablar con una potente pero agradable voz, explicando como sería todo... Y comenzó a llamar a grupos de gente, los cuales primero miraban en unos ordenadores asistidos por empleados del ministerio, todo aquello que a última hora quisieran consultar, y finalmente en el último ordenador decían en voz baja su plaza, para con un último gesto de tocar una tecla sellaran su destino, eligieran su camino... ¡Cuánto poder tiene una tecla intro!
Muy pronto me tocó, pregunté una duda sobre un hospital que me confirmó mis suposiciones y lleno de orgullo y satisfacción cual monarca en Navidad dije con voz alta, pero sin gritar, que quería hacer Medicina de Familia en Madrid. El funcionario se apartó del teclado y toqué la tecla zanjando con este acto una etapa de mi vida y comenzando otra, muy hermosa, donde espero ser capaz de ayudar al necesitado, solucionar problemas, comprender a la gente y al mismo tiempo llevarla a una mejora en su salud. Tal como un lector de este blog me aconsejó, intentaré ser, no el mejor que sería prepotencia, sino al menos un buen médico.
Al salir recibí el abrazo de nuestro cálido sol y lentamente bajé andando hasta Atocha, pensando en un futuro, en un camino, en lo que he vivido y viviré... Luego, tal como tenía pensado, le mandé un mensaje a J., que anda por este Madrid que me vio nacer, y a la que espero conocer mañana...
y tu familia???? No estaban afuera? Amigos? Tenías que haberme avisado y te habría esperado con cartelito tipo aeropuerto: ASCLEPIUM!!!!!
ResponderEliminarNada, que se le va a hacer... ya te envié un correillo...
Un abrazo grande y esta etapa será maravillosa, ya lo verás...
Te has dado cuenta de que ya somos R1????
:-D
Un besazo!!!!
Esto no es el principio, Asclepium. La "aventura" continúa. Hasta hoy te habías estado preparando para tomar la decisión que has tomado. A partir de ahora seguirás tomando decisiones, si no tan determinantes, sí importantes... Y así irás forjando tu destino cada día. Yo deseo que cada uno de esos días te acuestes satisfecho contigo mismo, que seas feliz. Estoy seguro de que eres y serás un "buen médico", ejemplo de los mejores principios humanísticos de nuestra profesión.
ResponderEliminar¡Enhorabuena, amigo! ¡Y un muy fuerte abrazo!
Felicidades, Asclepium! Yo seré lo mismo que tú :) Por cierto, tengo una amiga que también ha pedido familia en Madrid, si estáis en el mismo hospital seréis co-erres... así que si encuentras a alguna sevillana (con poco acento) que haya oído hablar de una Almendra ya sabes que es esa, jejeje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias a todos!!
ResponderEliminarJ., ese día y a esas horas mi gente no podía estar, pero reconozco que si te hubiera visto con una pancarta me habría encantado...jaja Habría sido un final perfecto para este pequeño capítulo de mi vida...
Francisco, muchísimas gracias, espero estar a la altura... Un abrazo!
Almendra, yo estoy en la zona centro, si tu amiga está por aquí pues ya te contaré... Espero que sí porque sería genial que las casualidades de la vida nos unan a unos y a otros de maneras tan insospechadas como estas... Un abrazo!